
Ayer en el post de inicio de año os hable de que la Jerarquía de la Iglesia Católica el pasado domingo se metió con la democracia y con la familia. Pues bien ya tenía yo ganas de meterme con este tema. Por lo visto según Rouco Varela entre otras cosas Arzobispo de Madrid dijo que avanzamos hacia el fin de la democracia porque algunas leyes que hizo el partido socialista son anticonstitucionales. La ley que les preocupa a Rouco y compañía es la ley que permite casarse a los homosexuales, y digo yo si los homosexuales no se casan por la iglesia porque coño (con perdón), la iglesia se mete con ello. Porque la iglesia quiere que las familias sean padre (el que manda en casa sobre todo), madre (sumisa y cuidadora de sus hijos) y los hijos, cuantos más mejor, (como ellos no los mantienen). Yo como católico, eso si, no practicante porque el clero ya me toca los mismísimos desde hace mucho, me da asco, viendo este panorama. Les recuerdo a los prelados que donde hay más homosexuales tanto hombres como mujeres es en la iglesia católica gracias a su voto de castidad, pero también en la iglesia católica hay voto de pobreza y aun no vi a ningún obispo o papa andando sino en lujosos coches y viviendo en lujosas casas cuando también hay sacerdotes que ni casa tienen. Al señor Rouco nunca le faltaron lujos, cuando era Arzobispo de Santiago ya viajaba en un Peugeot 505 y vivía en una autentica mansión. Pues sabrá que en Santiago y en todas las ciudades del mundo hay pobres que no tienen que comer y a esos es a los que tiene que ayudar la iglesia. La iglesia católica y sus miembros no deben de hacer política ni agitar a las masas (para eso ya esta el Partido Popular), deben dedicarse a la iglesia. El que ya es católico y se quiere casar ya lo hace pero el que no quiere no, porque por sino se dan cuenta este es un país laico. Yo vivo con mi pareja y no estoy casado, que importa si uno es heterosexual o homosexual si según Jesucristo todos somos hijos de de Dios. Dejarnos en paz a los que somos heterosexuales, a los homosexuales y a los bisexuales que cada uno es como es y punto. Todo el mundo tiene derecho a la libertad y a vivir como quiera mientras no se meta con los demás. Hagan iglesia y no hagan política que ese camino no es para los curas. Son ustedes la vergüenza y como católico dan ganas de borrarse como ha dicho el otro día el señor Blanco. Desde Santiago de Compostela.